Gracias a Paco Pérez Bes llego a este excelente artículo en The Wall Street Journal: How to Protect Your Kids’ Privacy Online.
Uno de los temas que más me preocupan y que creo que tenemos más olvidados. Olvidados porque si los padres no somos conscientes de lo que está pasando cuando utilizamos cualquier tipo de herramientas conectadas, es imposible que seamos capaces de formar a nuestros hijos en ello y, sin darnos cuenta, estamos criando a una generación completamente inconsciente de las consecuencias de sus actos digitales, que son la mayoría en el mundo que les ha tocado vivir.
Mis reflexiones ordenadas en cuatro puntos:
1.- ¿Qué está pasando?
Debemos preocuparnos de saber qué esta pasando entre bambalinas cuando estamos conectados. No somos «usuarios avanzados» porque hayamos tomado la decisión de usar Chrome o Firefox o porque hayamos instalado Telegram dos días antes que la mayor parte de nuestros contactos. Cuando doy charlas sobre uso de herramientas digitales, palabras como «profiling» (por no poner ejemplos más complejos) son absolutamente desconocidas por mis audiencias. Audiencias que ya usan Internet como parte de su día a día personal y profesional.
2.- ¿Cómo ganan dinero?
Saber qué está pasando pasa por algo tan sencillo como preguntarse cómo ganan dinero los servicios que utilizamos. Esta sencilla pregunta es como ese hilo en una costura del que tiras y tiras y acabas descosiendo la prenda entera. Esa pregunta nos lleva a «publicidad», «publicidad» a «cookies», «cookies» a «profiling», «profiling» a «real-time bidding», «real-time bidding» a… Esta sencilla pregunta nos pondrá sobre la pista. Tal vez no nos dé todas las respuestas, pero seguro que nos abre los ojos a una realidad que no estamos viendo.
3.- Aprendizaje
Esta información nos lleva al siguiente paso: aprender cómo gestionar toda esa información que ha aparecido ante nuestros ojos y que no sabíamos que estaba ahí. Configuración del navegador, herramientas de encriptación, limpiezas periódicas, etc.
Para de esa forma decidir y gestionar qué queremos compartir y cómo, donde y con quién queremos compartirlo.
4.- Formación
Solo cuando estemos en la fase de ser capaces de gestionar estas cosas, en la fase de conocer lo suficiente para poder decidir, estaremos preparados para formar a los menores en un uso informado e inteligente. Y no, no podemos confiar en que lo hagan en la escuela, porque los profesores, salvo honrosas excepciones, están en la misma situación que nosotros: empezando desde cero.
Tal vez el nivel de detalle descrito por la autora del artículo de WSJ no sea necesario, o tal vez sí, eso estará dentro de la esfera de decisión de cada uno, pero sin conocimiento no podrá llegarse a saber que puede tomarse esa decisión.
He escrito en alguna ocasión anterior ya sobre esto:
¿Cómo aprendemos a usar las redes sociales?
Niños, Internet y aprendizaje.