No hace ni un mes que nos volvimos, y ahora soy consciente de aún más pequeñas diferencias.
Cuando mis hijas llegaron a su colegio en Miami, con la enorme barrera del idioma, tanto los profesores como los compañeros las recibieron con calor y cariño. Todos se esforzaron por ayudarles, incluso los demás niños.
En la vuelta al colegio en Madrid, el mismo colegio del que salieron hace dos años, las cosas no están siendo igual. El método docente que ahora me encuentro se parece mucho aquél en el que me eduqué yo, más preocupado por la forma que por el fondo. Niños que se burlan del que comete errores o del que tiene alguna diferencia (como llevar gafas, por ejemplo), y profesores que lo consienten.
Me fui a EE.UU. con la idea tan extendida en España de que el nivel académico allí es muy bajo, y de que el entorno académico era agresivo y brutal. Me he vuelto con la percepción inversa: no sólo creo que el nivel académico (al menos hasta los 9 años, que es de lo que puedo hablar) es más alto que el de aquí, sino que además el sistema docente está diseñado para que el niño desarrolle todo su potencial, aprenda a comprender lo que estudia y aprenda a compartirlo con los demás mediante proyectos y presentaciones en público desde muy pequeño; y todo esto en un entorno de respeto mutuo y valoración del esfuerzo.
Allí la profesora de español pedía a mi hija mayor que la ayudara con la pronunciación de ciertas palabras reconociendo el valor que para la clase tenía que el español fuera su lengua materna. Aquí la profesora de inglés le habla en español ignorando su bilingüismo y lo que esto puede aportar a sus compañeros de clase.
No todo es color de rosa, claro. en cuanto a las comidas el menú es aterrador: hamburguesas, pizzas, etc. todos los días, y si el niño come, bien, y si no pues también. Reconozco que esto es lo único que echábamos de menos del colegio de España, donde el menú es variado y equilibrado y los profesores se preocupan de que el niño coma.
Tengo la sensación de que tenemos un sistema educativo anclado en el pasado, pero bueno, es sólo una impresión.