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La asistencia sanitaria tiene un coste

Gracias a un RT de TwitBoy llego a este mensaje de Edgar Cabanas:

Pongo aquí el enlace a la noticia ha la que hace referencia, porque él no lo hace en su tuit: Seattle coronavirus survivor gets a $1.1 million, 181-page hospital bill.

No voy a comentar el tuit en sí, aunque estoy muy tentado, sino a desarrollar lo que he escrito yo al retuitear su mensaje:

Porque más allá de la demagogia creo que realmente hay un mensaje y un aprendizaje relevantes detrás de la noticia. Y sí, voy en la línea del punto 3 de mi tuit.

Repasando los tres puntos de mi mensaje:

1.- La sanidad pública

Que cualquier persona independientemente de su capacidad económica o su situación social pueda acceder a cualquier servicio de asistencia sanitaria en función de sus necesidades y no de lo que puede pagar es maravilloso. Algo de lo que enorgullecerse como ciudadano.

Así lo creo yo, y así lo cree la mayor parte de la gente que me rodea.

Pero no todos.

Hay quien opina que es mejor un sistema en el que cada persona pueda elegir qué porcentaje del gasto médico potencial quiere cubrir con un seguro y qué porcentaje quiere afrontar directamente sin seguro. Y que las personas sin recursos o con necesidades especiales tengan una cobertura facilitada por el estado de la misma forma que éste proporciona cierto tipo de ayudas para otras necesidades básicas.

2.- La sanidad privada

No sé ni por dónde empezar.

Cuando alguien habla de «sanidad privada» puede referirse:

  • A que no existe un modelo de asistencia sanitaria universal. Y aquí estamos hablando de quien paga el servicio, no de quien lo presta.
  • A que la provisión del servicio es privada, independientemente de quien pague el servicio.

Son temas muy distintos.

Hay países sin asistencia sanitaria universal con casos de provisión de servicio de titularidad pública, como es el caso de los EE.UU., y hay países con asistencia sanitaria universal en el que la asistencia sanitaria se puede realizar por prestadores privados, como sucede en ciertos casos en España o Reino Unido, por ejemplo.

Creo que hay casos en los que, cuando se habla de sanidad «privada» con una connotación negativa (y por ahí creo yo que va el tuit de Edgar Cabanas) en realidad lo que se quiere decir es que alguien puede obtener un beneficio, y esto es lo que escuece, porque hay quien considera que no es legítimo obtener un beneficio económico cuando se trata de servicios relacionados con la salud.

Edgar Cabanas dice en su tuit que

en países como EEUU, con modelos de sanidad privada, si no te mata la enfermedad lo harán las deudas.

Creo que simplifica al extremo o desconoce el sistema.

Entiendo que quiere decir que en EE. UU. no hay un modelo de asistencia sanitaria universal. Es cierto. Pero en la propia noticia cuyo titular destaca pero sin poner el enlace, dice claramente:

because Flor has insurance including Medicare, he won’t have to pay the vast majority of it. In fact because he had COVID-19, and not a different disease, he might not have to pay anything

Es decir, que el Sr. Flor tiene un seguro médico, que es parte de un programa de seguridad social del gobierno federal que va a cubrir la mayor parte de esa factura y que es posible que gracias a una decisión del Congreso para ayudar económicamente precisamente en los gastos médicos producidos por COVID19 ni siquiera tenga que pagar lo que le correspondería. Lo dice la noticia:

Congress set aside more than $100 billion to help hospitals and insurance companies defray the costs of the pandemic, in part to encourage people to seek testing and treatment (including those with no insurance)

Si a lo que se refiere es a que el importe de la factura que ha recibido el Sr. Flor es altísimo, decir que esto se debe a que es un sistema privado me parece una simplificación extraordinaria. El coste de los servicios médicos en EE.UU. es alto por muchos factores muy difíciles de aislar, y los precios de los hospitales de propiedad pública no son inferiores a los de titularidad privada. (Los enlaces en este párrafo son simplemente a título de ejemplo de la inmensa complejidad de este tema, no porque ahí estén las respuestas a todas las cuestiones que puedan surgir).

Por otro lado, en EE.UU.el servicio, aun siendo privado, puede estar prestado por entidades con o sin ánimo de lucro.

De hecho, profundizando un poco en la noticia, se ve que la factura la emite el hospital en que ha estado ingresado: Swedish Medical Center, y este hospital pertenece a un grupo sin ánimo de lucro:

Swedish is the largest nonprofit health care provider in the greater Seattle

https://www.swedish.org/about/overview

Es decir, que simplificar todo diciendo que la sanidad privada si no te mata de una forma lo hace de otra resulta bastante, cuando menos, superficial.

Cuando hay asistencia sanitaria universal, el estado recoge mediante impuestos, cotizaciones, etc… y gestiona el dinero para pagar el servicio: tanto la parte del pagador (seguro) como la parte de la provisión (tanto propia como subcontratada). Cuando no la hay es el individuo quien se responsabiliza de eso: buscarse y pagar directamente (seguro o prestador del servicio) a quien se encargue de ello.

Y aclaro, por si no ha quedado claro en el primer párrafo del punto primero: no estoy defendiendo en absoluto el sistema de acceso a la atención sanitaria en EE.UU., simplemente estoy describiendo su funcionamiento en un ejemplo concreto porque hay cosas que no se pueden simplificar con un tuit incendiario.

3.- El coste de la asistencia sanitaria

Este es el tema al que quería yo llegar y en el que me quería centrar antes de venirme arriba en los párrafos anteriores.

La asistencia sanitaria tiene un coste.

No existe la «asistencia sanitaria gratuita».

El Sr. Flor estuvo 62 días hospitalizado y recibió una factura de 1.122.501,04 dólares. Lo que vienen siendo 18.104,85 dólares al día.

Hay muchas variables que hacen que los servicios sanitarios en los EE.UU. tengan unos precios exorbitados y no viene al caso profundizar ahora en ello más allá de lo mencionado unos párrafos más arriba. Pongamos que en España ese coste fuera la mitad: 9.052,43 dólares. O mejor, un cuarto: 4.526,21 dólares por día (unos 4.021,37 euros al cambio de hoy). O una décima parte, me da igual. No es la cantidad en sí lo importante, sino el hecho de que existe una cantidad.

Esto es algo que en sistemas como el español no se ve ni se percibe. Ni cuando se accede a los servicios públicos de salud, ni cuando se accede a los servicios privados a través de un seguro de cuadro médico.

Creo que es muy importante que seamos conscientes del coste que tienen los servicios que recibimos. No una cifra global en los presupuestos generales del estado, sino el coste individualizado. De esa forma valoraremos realmente lo que tenemos, y valoraremos el trabajo de quienes lo prestan y lo gestionan. Es una forma de ser tratados como adultos.

Decía al principio que no iba a comentar el tuit de Edgar Cabanas. Al final sí lo he hecho. Creo que criticar el sistema de salud de los EE.UU. es perfectamente legítimo, como el de cualquier otro país. Yo mismo lo hago con frecuencia. Pero creo que para hacerlo calificándolo de «barbarie» hay que transmitir un poco de contexto, ya que de otra forma nos quedamos en la superficie.

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