La Inteligencia Artificial ya nos rodea.
No queda nada para que empecemos a interactuar con ella de forma completamente natural, y posiblemente sepa más de nosotros que nosotros mismos porque de cada una de esas interacciones y de dispositivos externos irá recopilando información sobre nosotros, nuestras preferencias y nuestro comportamiento.
Información que vendrá de y se materializará en realidad virtual, espacios inversivos, impresión 3D de comida, demótica, geolocalización…
Es un cambio de paradigma que puede hacer que nos centremos en lo que importa realmente y en la tareas que nos aportan y en las que aportamos. En lo que importa.