Poco a poco nos vamos dando cuenta de la ingente cantidad de datos que dejamos como rastro cuando navegamos por Internet.
Algunos incluso ya estamos descubriendo lo que los medios sociales significan en realidad y el modelo de negocio que se esconde tras esas plataformas.
Pero eso es simplemente la punta del iceberg si lo comparamos con la posibilidad de funcionar esos datos con los que se pueden recoger con todos los sensores y dispositivos conectados que tenemos alrededor.
Las posibilidades de obtener recomendaciones muy acertadas son enormes, como lo es el reto de decidir quién es el propietario de la información.