Parece que últimamente no hay proyecto que se precie ni evento digno de mención en el que no se hable de «big data» (macrodatos, según Fundéu).
Incluso estamos llegando al extremo de que se creen cargos del tipo Cxx según nos dice Forrester. Otro más para la colección.
Y me parece bien que, por una vez, uno de los conceptos de los que más se hable sea el que se realiza en los despachos más oscuros y menos glamourosos de las compañías. El que realizan desde hace muchos (pero muchos) años personas que tratan de obtener inteligencia comercial y de gestión de cantidades ingentes de información que las empresas tienen en formatos diversos y poco compatibles.
Antes los medios eran limitados, y en pocos casos se sacaba todo el jugo a los datos con los que se contaba para ayudar en la toma de decisiones o para personalizar el servicio a la realidad del cliente, aunque no fueron pocos los que se quemaron las pestañas en lectores de microfichas como el que ilustra este post (las hojas de cálculo vinieron después). Ahora los medios son extraordinarios… y en muchos casos seguimos en las mismas.
Se han invertido cantidades extraordinarias en CRM, Data Warehouses, Busines Intelligence, etc., etc., y una enorme cantidad de empresas que lo han hecho siguen teniendo datos de clientes (y de productos, y de proveedores) sin actualizar, sin cruzar, duplicados y dispersos en sistemas separados y no conectados.
Hace unos días recibí un correo electrónico de Buffer en el que me anunciaban su integración con Feedly. Excelente noticia… si no fuera porque hace bastante semanas que los uso conjuntamente ¡todos los días y desde tres dispositivos distintos! ¿Hace falta Big Data para saber que no deberían quemar un mensaje en mi buzón de entrada para anunciarme algo que obviamente ya sé?
Big Data tiene su utilidad y su potencial, indudablemente. En España tenemos buenísimos ejemplos de ello como Madiva. Pero muchos deberíamos poner los pies en el suelo y centrarnos en aprender a gestionar y explotar inteligentemente los datos que tenemos antes de llenarnos la boca con el «big».
Según Kotler un CEO de Unilever dijo: «Si Unilever supiera lo que sabe, doblaría sus beneficios» (la traducción es mía).
Pues eso, aprendamos y explotemos lo que ya sabemos antes de plantearnos el siguiente paso.
Casi 4 años de esta entrada y, aunque con avances, los males a los que te referías siguen presentes en muchas entidades, por no decir en una mayoría.
Bienvenido a Anotado.
Y antes que yo lo dijo el CEO de Unilever al que cita Kotler. Hay cosas que requieren transformaciones reales más allá de la cosmética.