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No sin mi Reader

Hacía tiempo que no podía decir que comparto casi al 100% un post de Enrique Dans, y lo curioso es que llego a él gracias al uso intensivo que doy a Google Reader.

Enrique acaba con una pregunta:

¿Por qué el usuario medio no percibe la propuesta de valor de sistematizar su acceso a la información y organizar mínimamente, con una relación coste/beneficio bajísima, la información que ha leído? Llevo más de nueve años usando sistemática y diariamente un lector de feeds, antes de Reader fue Bloglines, y soy completamente incapaz de entender la paradoja de su escasa adopción. ¿Qué le sobra o que le falta a los lectores de feeds para pasar de ser una herramienta que usan únicamente usuarios de perfil avanzado, y consolidar su uso como herramienta general?

Y estoy de acuerdo, como decía en Rss y otros bichos raros glosando a Marshall Kirkpatrick:

En la era de la personalización total, de las herramientas para adaptar a mis gustos y necesidades prácticamente todo, la mayor parte de los profesionales no sabe lo que es algo que dejó de ser una novedad cuando Bloglines dejó de ser un estándar.

o casi un año antes en Sobre muertes y herramientas complementarias:

El lector de feeds es reactivo: el usuario tiene el control, y llega al contenido cuando tiene tiempo y el dispositivo adecuado (no a todos nos gusta ver todos los contenidos en un dispositivo móvil en en metro). Si quiero prescindir de él y depender sólo de Twitter necesito herramientas complementarias […]

Y es que para algunas cosas la sensación de que todavía nos falta mucho no ha cambiado, aunque hayan pasado seis años y muchas, muchas cosas.

6 comentarios en «No sin mi Reader»

  1. Venga, voy a ser políticamente incorrecto: ¿no será porque incluso mi amigo Enrique y todo el orbe del pensamiento 2.0 han abrazado, jaleado y empujado (nadie somos inocentes) herramientas que empobrecen el control personal de la información de modo alternativo a lo que había y que era mejor (sólo que seguramente más complicado)?

    Hay masas enteras de usuarios que han llegado al dos-punto-cero empujados a hacerse una cuenta en twitter y facebook sin que nadie haya hecho un sólo amago de hacer una crítica más allá de algunas consideraciones sobre eso que llaman "privacidad" y que es, esencialmente, quién ve tu foto en bikini. Sin que se haya planteado polémica, debate o discusión de la misma forma en que sí, hemos sacudido a Microsoft (a Apple, no, vaya), la SGAE, etc. cuando lo que hace Facebook está a la altura. No sé si cuando vemos subir el número de fans se empieza todo a olvidar…

  2. Por cierto; lo de quien ve tu foto en gayumbos es una risa comparado con el potencial de perfilado (y seguimiento policial si es un régimen policiaco) que tiene la captura de datos de una "red social". Es que hasta el nombre confunde… una red social es nuestro bar y nuestra empresa. Caramba.

  3. Gonzalo:

    Creo que has buscado mal sitio para abrir este debate. Lo digo porque va a tener poca audiencia, y es una lástima.

    En cualquier caso, bienvenido aquí para este debate y el que sea.

    A tu primera pregunta, no, creo que no es por que se hayan jaleado esas herramientas. Creo más bien que es porque, como animales "sociales", es más fácil que prendan herramientas que "ponen en contacto" y permiten relacionarse con personas (con esa falsa sensación de privacidad que mencionas), que herramientas que sistematizan el acceso a la información. Y porque el coleccionismo público (el número de fans o de seguidores) establece una competitividad incomprensible pero aparentemente inevitable.

    Pero vamos, que por la rapidez de tu comentario desde la publicación de este post veo que tú también usas eficientemente un lector de feeds 😉

  4. Bueno, algo pasa con el feed de comentarios que no me ha actualizado este comentario.

    Lo que dices, es cierto. Pero como animales sociales que somos, seguimos lo que suelen hacer los líderes sociales, los mavens y todas esas cosas que sabemos. Por tanto, si un buen influyente dice "cómo mola" y en su club de amigos, algo menos influyentes pero también, deciden seguirse y lo pasan bien, empieza una cadena.

    Obviamente, no son los únicos. Pero otra mirada habría dado otro escenario. No desdeñemos que, es te país, tan amigo del cotilleo y el parloteo es de los que tiene un uso más intensivo de estas cosas. En su día Francia era la meca de los blogs, lo que dice algo de como es Francia.

    Pero eso me recuerda que el Minitel fue el no va más y ahora no existe. Si es que somos livianos. A ver qué les pasa a los feisbuqueros. A lo mejor tumblr el que le pega a Facebook. Vaya usted a saber.

  5. bTW, al respecto de lo de "no nos oye nadie". Te pego una cita de Rushkoff que uso en un enlace cada vez que alguien quiere discutir en twitter:

    "El pensamiento fundado que se requiere en estos momentos es la clase de reflexión real que se produce dentro del cerebro humano pensando a solas o relacionándose con otros en grupos pequeños y autoelegidos, por muy elitista que pueda sonarle esto al mundo techie. Libertad – también en la era digital – significa la libertad de elegir cómo y con quien haces tu reflexión, y no todo tiene que ponerse a la vista de todo el mundo con la señal de “comentarios abiertos” o “sin copyright”. De hecho, es la incapacidad de establecer estas fronteras y diferencias – o la incorrección política de sugerir la posibilidad – la que nos arrincona y nos impide la discusión abierta, continuada y con significado."

    Voilà.

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