A pesar del calentón del otro día las cosas siguen su curso.
Desde ayer por la tarde estoy sentado en mi nueva mesa, y según llegué ya tenía número de teléfono y cuenta de correo (¡hasta me han conseguido un teclado en español!), hace un par de horas me han dado mi nuevo móvil … Debo reconocer que hay mucha gente que también pone la quinta velocidad a las cosas que hace sin necesidad de que nadie esté achuchando por detrás.
A partir de ahora a postear de los tópicos de la vida americana en Miami: que si aquí se habla más español que en Lavapiés, que si los coches, las casas y las raciones en los restaurantes son muy grandes, …
El reto para los próximos días es conocer en detalle cómo funciona aquí el negocio. Quien conoce este mercado sabe que cada país es un mundo, ¡y aquí se vende en 32! y todo esto con el agravante de que estamos en proceso de homogeneización de productos y servicios de dos compañías diferentes que hasta hace poco eran competencia directa.
Por cierto, en dos días me he hecho adicto a Jajah, he creado cuentas para toda la familia. Un descubrimiento fabuloso, no sé dónde estará la sorpresa, pero por el momento estoy encantado. La calidad de las llamadas es más que aceptable.