Aprovechando todas las horas que he pasado en aviones y aeropuertos en los últimos años, he releído varios de los grandes clásicos de la literatura española. Ya he registrado aquí alguna cita de Galdós.
Uno de esos clásicos fue La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín». Una joya de finales del siglo XIX en la que me quedé con los ojos pegados a esta frase:
En el Casino pasaban por más sabios los que gritaban más, eran más tercos y leían más periódicos del día.
He pensado que en más de cien años las cosas han cambiado poco, pero luego me he fijado en las últimas cinco palabras y me he dado cuenta de que no, que sí han cambiado. A peor.
Antes leer periódicos significaba cosas: Significaba que el periódico era una fuente de información fiable. Significaba que leerlos le daba a uno un estatus. Significaba que quien quería gozar de ese estatus leía varios para hacerse una idea del espectro de opinión y así poder crearse la propia.
Hoy podemos cambiar «casino» por «twitter» y matizar que los pocos periódicos que se leen son los que refuerzan la visión que cada uno tiene de las cosas. Por no entrar a cuestionar si esos periódicos siguen siendo fuentes de información fiable o no.
Pero lo que me hace pensar que hemos cambiado a peor es que antes, al menos, «pasaba por más sabio» quien se informaba antes de opinar. Ahora basta solo con gritar y ser más terco.