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Ciberseguridad y tatuajes

Si hay una cosa que tengo clara sobre lo que va a permitir la tecnología en los próximos años es que la clave de todo, lo que va a marcar la barrera de lo que sigue adelante y lo que no, lo que maneje los tiempos va a ser la ciberseguridad.

La capacidad que desarrollemos de crear entornos lo suficientemente seguros como para que noticias como esta (enlace en la imagen) no sean el pan nuestro de cada día (y perdón por la expresión con tintes religiosos, que igual es políticamente incorrecta):

Y, a pesar de que es de hace más de tres años, llega curiosamente justo el mismo día que esta otra (enlace en la imagen):

No es un secreto, hoy ya todo está conectado. Dispositivos médicos, coches, camiones, cámaras de seguridad, bombillas, relojes…, hasta los dispositivos más insospechados, como hueveras o botellas de agua se conectan a internet.

Y si están conectados, pueden ser atacados de alguna forma o de otra.

Y lo más terrible es que habrá casos en los que el mero hecho de intentarlo será visto por algunos como una forma más de pasar el rato, porque es algo que puedes hacer tranquilamente desde casa sin tener la sensación de que te estás exponiendo ni de que estás realmente manipulando un objeto físico del mundo real. O a una persona.

Hace años alguien me contó la teoría distópica de que los tatuajes eran la forma en la que los extraterrestres estaba conquistando la Tierra y que cuando un número significativo de la población estuviera tatuada, activarían remotamente sus sistemas de control y podrían manejar a su voluntad a todas esas personas. A la vista de lo que se ve en las playas, parece que no queda mucho para que llegue ese día.

Ya empieza a haber personas que no solo se implantan dispositivos médicos conectados o que almacenan su información médica en su cuerpo, sino que se implantan dispositivos conectados por otros motivos (la discusión de si esas personas en algún momento dejarán de ser «humanos» se la dejo a mi amigo Román). ¿Qué pasaría si alguien puede tomar control de esas conexiones? Y no es solo por la información que pueda recolectar (que también), sino por cómo pueda manipular a quienes llevan esos implantes ¿Aparecerá una nueva forma de secuestro sin tan siquiera acercarse a la víctima?

Todos los días vemos noticias de todo lo que la tecnología nos va a permitir hacer y muchas veces eso dispara nuestra imaginación, pero igual que seguimos sin ser conscientes de los retos básicos de la tecnología que ya estamos usando, no tengo claro que pensemos en cuál es el común denominador de la hiper-conectividad.

Como decía arriba, yo sí lo tengo claro: la ciberseguridad.

De cómo, por ejemplo, los ordenadores cuánticos van a transformar los retos de esta disciplina como la conocemos hoy, hablamos otro día. Principalmente porque a mí, aunque puedo adivinar que va a ser transformador, se me escapa completamente el alcance.

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