Dice Seth Godin (sí, hacía tiempo que no le glosaba por aquí), que hay dos tipos de compras: para reponer o para explorar.
Esto es así si hablamos de productos o de servicios que se experimentan (él mismo habla del caso de visitas al masajista), pero no se cumple cuando lo que compramos son promesas de que se recibirá un cierto servicio o prestación cuando algo suceda.
Y eso es lo que se compra cuando contratamos seguros: promesas. No hay producto físico, evidentemente, y no hay servicio si no se materializa el riesgo que se asegura.
Y muchas veces se nos olvida