Ya sé que el tema de cómo se financia la asistencia sanitaria es algo relevante y que está arriba en la lista de principales preocupaciones tanto de ciudadanos como de políticos y medios.
Por eso creo que cuando periodistas serios en medios serios (como creo que son los del caso que nos ocupa) hacen análisis sobre este tema, deberían tomarse el tiempo de realmente entender todas las complejidades y publicar textos informados, documentados y que informen realmente a los lectores. Si no lo hacen, dejan de actuar como periodistas y como medios serios.
Creo que esto no ha pasado con este artículo publicado en El Confidencial: Qué pasaría si España cambiara su sanidad pública por pólizas privadas de 14,90€ al mes.
Si bien creo que los autores han buscado una forma de generar tráfico partiendo de una premisa que no tiene fundamento (estos productos tienen una razón de ser determinada que en ningún caso es cubrir todas las necesidades de asistencia sanitaria del individuo), creo que aun así, no han investigado lo suficiente ni le han dedicado el tiempo necesario a conocer los puntos sobre los que han escrito.
Y aunque no es mi intención realizar ese análisis (ni yo soy periodista ni este blog puede entrar en la categoría de «medios serios») ni creo que tenga sentido profundizar cuando, como ya he dicho, creo que la premisa de partida es errónea, ni tengo ningún interés en defender el tipo de producto en sí, sí quiero destacar y comentar muy brevemente algunos ejemplos que creo respaldan mi percepción:
Condicionante
El primer condicionante, por tanto, es que exista una sanidad pública que respalde el seguro en cuestión
Es una afirmación correcta en términos generales (aunque más que «respaldar» diría que necesitan de su existencia). Pero es que esa es precisamente la razón de ser del producto: se estima que existe una necesidad de mercado complementando los servicios que ofrece la sanidad pública y se diseña un producto para cubrirla.
Es como analizar si en las necesidades de desplazamiento diarias de una persona un patinete pude sustituir a un tren de cercanías. Pues no, no puede hacerlo, pero es que no es su objetivo. Sin embargo sí ofrece un servicio útil que complementa al que ofrece el tren.
Pero, yendo al concepto: ¿se han planteado y analizado los autores la relación contraria?:
- ¿Cómo afecta a la sanidad pública en España que exista sanidad privada, sea en la forma de estos seguros low cost, sea en la forma de los convencionales, sea con pago directo?
- ¿Podría la sanidad pública asumir los actos médicos que anualmente se realizan en el sector privado?
- Antes de responder a la pregunta anterior, ¿son conscientes los autores de que existe parte de la población española (MUFACE, MUGEJU…) que recibe su asistencia sanitaria pública a través de seguros privados (no low cost), y no a través de los servicios públicos de salud?
Preexistencias
El primero [de los escollos mencionados anteriormente] son las llamadas enfermedades preexistentes, es decir, todas aquellas lesiones que estaban presentes antes de formalizar la póliza
Otro tema complejo que se trata de forma bastante superficial (y digo esto sin entrar en el tema terminológico de si es correcto llamar «lesiones» a la diabetes o al embarazo).
No se puede plantear un sistema de cobertura pública basado totalmente en seguros privados y no considerar que lo relacionado con las condiciones preexistentes podría regularse expresamente, como por ejemplo se ha tratado de hacer en EE. UU. mediante el Afrordable Care Act (conocido como OBAMACARE).
Exclusiones
[…] el siguiente factor limitante es la cantidad de cosas que uno de estos seguros ‘económicos’ no cubre […] un accidente derivado de utilizar un vehículo a motor.
No es un tema especialmente relevante en la argumentación, pero es una muestra más de la falta de profundidad del análisis:
La cobertura sanitaria pública en España no cubre los accidentes de vehículos a motor. Esos los cubren los seguros de Auto. Para más información, el Convenio de asistencia sanitaria pública derivada de accidentes de tráfico.
Gráficos
Luego está el tema de los datos y los gráficos sin contexto.
Se presenta un gráfico con datos de la OCDE en el que parece que en EE. UU. gran parte de la atención sanitaria se financia por medios públicos, pagando de su bolsillo el ciudadano una cantidad relativamente baja, cosa que creo que es bien conocido que no es cierta.
Pero es que si nos leemos el informe de la OCDE del que han sacado los datos dice expresamente:
Due to data limitations, voluntary private insurance in the United States is included with employer-based private insurance, which is currently mandated under the Affordable Care Act.
Y la columna que refleja el gasto público la titulan «gubernamental/público», cuando en el original de la OCDE se titula «government/compulsory». Importante matiz.
Este es el gráfico original

Además, posiblemente esos datos se entiendan mejor junto con otros gráficos, también de la OCDE.
Personalmente veo especialmente relevante el que reproduzco abajo en el que se ve claramente que no pueden presentarse este tipo de datos sin dedicar un espacio importante a explicarlos.
Y si, además de lo ya comentado de EE. UU., al verlo nos sorprende lo que vemos de Suiza y Holanda, la respuesta la tenemos, de nuevo, en el informe original:
The split of spending combines government and compulsory financing schemes, the latter including private insurance of a mandatory nature (for example in Switzerland and the Netherlands)

Conclusión
Como decía al principio, creo que este es un tema suficientemente serio como para que no se escriba sobre supuestos que partes de premisas sin sentido y para que cuando se escribe y se dan datos se haga con detalle, profundidad y fundamento. Lo demás es ocupar espacio buscando el click en el titular.
El objetivo de los seguros de salud low cost (y de los otros) en España no es sustituir a la cobertura del sistema público. Si se quiere hacer el análisis de cómo impactaría un sistema financiado íntegramente a través de seguros privados, habría que dedicarle mucho más tiempo y mucho más espacio, por no hablar de que no podría dejarse de lado tampoco el análisis del impacto en la provision del servicio. Un asunto muy complejo con muchísimas implicaciones que creo (o al menos espero) que nadie quiere plantear.