«It’s who can access your data, to what end, and who has the ability to make decisions about that access»
You can now make money selling your own health data, but should you?
Y esta es en mi opinión la que debería ser la perspectiva del debate.
Porque hablar de quién tiene la propiedad de los datos es un debate engañoso: en el concepto de propiedad que manejamos, la propiedad se puede transferir, y eso implica que el antiguo propietario deja de tener esa propiedad o, al menos, la capacidad de usar.
Cuando eres «propietario» de un bien digital, se difumina de facto el concepto de propiedad y por tanto de transmisión, porque ésta no implica que se pierda la posesión, la capacidad de uso o incluso la de volver a transmitir algo que puede ser replicado ad infinitum.
Sea de quien sea la propiedad de los datos, es la capacidad de controlar quién, cuándo, durante cuánto tiempo, tiene acceso lo que marca la diferencia.
Aquí hay una cuestión legal y otra tecnológica, peor también otra ética y de generación de confianza que no podemos obviar.
