La semana pasada participé en lo que para mí fue un evento histórico en mi organización: los responsables de Internet de prácticamente todas las unidades de negocio en el mundo nos sentamos a una mesa para hablar de estrategia y compartir experiencias.
Se destacó la importancia del foro y de programar próximas sesiones con una frecuencia mensual, pero al llegar a este punto el convocante comentó que unidades de negocio lejanas como Australia o Hong Kong deberían asumir las decisiones del grupo ya que por la distancia y los costes no podrían asistir a las reuniones.
Mi respuesta fue inmediata (y casi demasiado vehemente):
- ¿Cómo se puede despreciar la contribución de la mitad del negocio y ponerla a un segundo nivel?
- ¿Cómo puede ser responsable corporativo de Internet alguien que en algo tan básico tiene una visión tan decimonónica?
- ¿Por qué en otras áreas del negocio las reuniones telefónicas son la norma y aquí ni se consideran?
- ¿Videoconferencia? ¿Herramientas de colaboración?
Está claro que en esta nueva etapa «regreso al futuro» tampoco me voy a aburrir.
Y además ya tengo un nuevo amigo en Sidney.