Leo en The Objective «El Estado y sus Pactos«, un interesante artículo de Juan Luis Cebrián.
El artículo en sí es interesante y va en la línea de las últimas publicaciones de Cebrián, profundamente crítico con Pedro Sánchez.
La parte que me ha llamado la atención y que me lleva a poner estas reflexiones por escrito es el siguiente párrafo:
El segundo pacto de Estado es un cambio en la ley electoral que elimine las listas cerradas y bloqueadas, y acabe con el poder absoluto e inmerecido de la dirección de los partidos que ha sumido a lo largo de los años a la política española en un mar de corrupción y clientelismo.
Son pocas las personalidades que tienen o han tenido relevancia política en España que se manifiesten claramente a favor de cambiar la ley electoral en este sentido.
Yo llevo más de quince años dejando por escrito que estoy total y absolutamente a favor de las listas abiertas en todos los procesos electorales.
Quitemos el poder a los que controlan los partidos políticos, peor no por lo que dice Cebrián, sino porque es la única manera real de dar la palabra al votante.
Pero claro ¿quién va a esperar que quienes están en el Congreso nombrados por la cúpula de los partidos voten a favor de morder la mano que les da de comer?