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Echando la vista atrás

Esta semana hace un año que nos vinimos a Miami. Una ciudad nueva, un país nuevo, un trabajo nuevo.

En este año han pasado (nos han pasado) muchas cosas. De unas no he escrito por confidencialidad, de otras por pereza, de otras por dolor, de muchas no sé.

Tratando de echar la vista atrás repaso este año y veo errores (muchos) y aciertos (algunos), pero sobre todo veo logros y aprendizaje tanto en lo profesional como en lo personal, y no puedo decir si hay más de lo uno o de lo otro.

Ha sido un año duro, separado de la familia, perdiendo el contacto con los amigos de toda la vida, confiando en Skype y el correo electrónico y buscando en las redes sociales y en los «amigos virtuales» lo que aquí no tengo. Una prueba de fuego para mi familia, sobre todo para mi mujer que es realmente la que más ha sacrificado y quien se lleva el peso del cambio, prueba que estamos superando con creces pero no sin esfuerzos.

Cuando después de un año veo cómo hablan ya inglés mis hijas (la mayor incluso ya lo prefiere al español), y lo que les está aportando culturalmente, valoro lo que esta experiencia está suponiendo para todos nosotros, veo que el esfuerzo personal ha merecido la pena.

Cuando repaso lo que ha sido este año profesionalmente veo luces y sombras. Si no me hubiera arriesgado a venir nunca habría tenido la oportunidad de ponerme a prueba como me he puesto en estos meses, nunca habría podido aprender lo que he aprendido ni crear lo que he creado. Tampoco habría sufrido lo que he sufrido.

Puedo decir que profesionalmente estoy mucho más maduro que hace un año. Que he vivido lo que no habría vivido en España y que ha merecido la pena. Mucho, a pesar de todo.

A mitad del mes de mayo comunicamos el traslado de nuestra actividad de la oficina de Copenhague a Miami, afectando el empleo de casi 100 personas (para las cuales se han buscado otras opciones dentro del negocio sin recurrir a despidos).

En los últimos seis meses he contratado a 73 personas, he trasladado a 20 desde Dinamarca a Miami, he abierto una oficina de 1.000 metros y ya he trasladado más de la mitad de la carga de trabajo. La percepción de calidad del servicio está como nunca ha estado.

Ahora el reto es que todo esto se consolide y empezar el segundo paso que es la integración con lo que ya estaba en Miami.

Otro año interesante el que tengo por delante, sólo espero que sea un poquito más tranquilo.

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